Le Parisien - 02 de mayo de 1995
Céline Nony
Aviso Kumulus en la capital
Los artistas de la calle están moviendo las fronteras, aquellas del arte confrontado a la ciudad y su público. ¿El eclecticismo de las formas hace volar en pedazos los prejuicios afuera, tal vez adentro, no? No hay más puertas, entre. Entre en el teatro del sol de Ariane Mnouchkine; Se presenta hasta finales del mes de mayo, un festival fuera de norma. Intérieure rue, son trece compañías de calle que se apoderan de un lugar parisino. Por primera vez. "Quería trabajar en una sala, así que lance algunos anzuelos; y me hice hechar. Una pared se levanto y me dio la impresión de que no estábamos haciendo el mismo trabajo. ¿"Artistas convencionales y artistas de calle son tan diferentes? Esta situación dolorosa, Barthélemy Bompard la niega. Director artístico de Kumulus, una compañía de calle que él fundó en 1986, Barthélemy es el iniciador del festival. Él quiere romper el muro, para asegurarse de que el teatro de calle sea finalmente reconocido por la capital. Trapo y toalla
"Aparte de los acontecimientos alrededor de Beaubourg, que en su conjunto reunen esencialmente mimos o músicos, no existimos en París, continúa. Hubo un intento en los halles, hace unos años. Se fue a pique. » Ariane Mnouchkine abriendo las puertas de su teatro en la Cartoucherie (12 º), va a ser posible descubrir este trabajo específico, el trabajo de actor antes de usar una estructura o una decoración, una manera diferente de llamar la atención del espectador. "Probaremos que un trapo y una toalla pueden tener éxito juntos, bromea Barthelemy Bompard.". Que la calle podrá apoderarse de un lugar parisino. "Eligió entre la gente que el aprecia, trece compañías disponibles. "Comenzamos una aventura de personas completamente locas, dijo. Sin thunes, queremos realizar el mayor festival de Francia. Un mes es más que en Avignon". Artes plasticas, música, deambulaciones, creaciones teatrales y textos de autor están en el programa, a un ritmo de dos espectáculos por noche. "Solo falta el baile, lamenta Barthélemy. Por lo demás, estamos muy satisfechos. Tratamos muchos de lo absurdo, de el aislamiento social, de la locura. Absurdas y locas, no son estas compañías. De la creación de un festival puntual, hoy sueñan de tener una bienal, donde el lugar cambiaria. Para no instalarse de manera institucional.
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